10 octubre, 2012

Cuando Digitalizar La Cultura se Vuelve Peligroso


Recientemente leí en la página de Internet del periódico “La Nación” una nota acerca de la proliferación de los libros electrónicos y los dispositivos que sirven para visualizarlos. Esta digitalización me deja un sabor agridulce en la boca: Entiendo que la facilidad de portar toda una biblioteca en un aparatito de 300 grs. puede ser tentador, que tener la posibilidad de variar la fuente en la cual leemos el libro hace que para muchos la lectura pueda ser versátil, o que contar con acceso a títulos que las editoriales ya no publican logra que irremediablemente muchos bibliófilos se vuelquen hacía esta nueva forma de lectura, pero sin embargo todo ello lleva a preguntarme: ¿Qué será de esa obra de Walt Withman en formato PDF de acá a quinientos años? ¿logrará “Cien años de soledad” transformarse en los sucesivos formatos que aparezcan? ¿Podrán esas obras inmortales legadas a la humanidad sobrevivir el paso del tiempo en formato digital?. El bienaventurado papel lleva probada su eficacia por más de 1000 años, pero la informática está en los 30 recién cumplidos, y por ahí encuentro viejos diskettes que ya no sirven, o CD´s rayados que ya no se leen.
Soy un amante de los libros en formato tradicional: no hay como el olor a libro nuevo, o el olor amaderado de un libro todo amarillento, al que visitamos de vez en cuando como si fuese un amigo olvidado, no concibo equiparar la sensación de tocar una pantalla multitáctil inerte o el clic del ratón a pasar una hoja con el dedo húmedo, aspirando todo el aroma que él libro nos regala, o entrecerrar los ojos para meditar sobre lo ya leído, dejando descansar el libro sobre nuestro pecho. Soy un convencido que la lectura se vive con todos los sentidos.
Lo anteriormente expuesto no quita que me sorprenda con la tecnología que hoy nos rodea. De hecho, soy un fanático de cuanto aparatito multitáctil, chiquito, brillante y pintoresco salga. Tampoco obsta a que adopte algunos títulos en formato digital… Lo que quiero decir es que de vez en cuando me dan escalofríos cuando se habla de volar de un plumerazo un hábito probado durante cientos de años, por algo que ni siquiera sabemos si es estable en un tiempo cercano. Si todavía hay escritores que prefieren escribir en una vieja Remington 80, porque van a desaparecer los que prefieren el papel a un monitor? Creo que ambas formas de acceder a la cultura pueden coexistir pacíficamente y aún complementarse. No veo en un futuro inmediato la bancarrota de todas las editoriales, o la quema masiva de bibliotecas. Simplemente considero que el formato digital se volverá un acceso masivo, enfocado a las revistas y a los periódicos  pero creo firmemente que el formato libro nos acompañará por varias décadas más, subsistiendo como opciones de lujo.
Ustedes que opinan? Un abrazo!

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